miércoles, 13 de agosto de 2014

Abzurdah. (Cielo Latini)

SINOPSIS:
"Una muchacha camina al borde del abismo. Cielo Latini, niña precoz, sensible y creativa, educada en una familia "normal", siempre una enfant terrible fascinada por el arte y por "mecomoami" en el que miles de adolescentes hacían público su derecho a ser anoréxicas, los intentos de suicidio, la autoflagelación. Y finalmente, la resurrección, la cura, a través de la palabra. Hoy es una bellísima joven de 21 años, que ha sobrevivido al infierno para poder contarlo.

Abzurdah es un vibrante testimonio, una historia impactante por su crudeza, porque refleja la realidad de miles de adolescentes. Su autora, además de coraje e inteligencia, tiene el claro don de la escritura, que le permite mantener en vilo al lector hasta la última página."

MI OPINIÓN:
Abzurdah no es una novela ni Cielo Latini es una novelista. Abzurdah no es un libro sobre anorexia, sobre bulimia o sobre autoflagelación. Abzurdah tampoco es una autobiografía: sí es un relato de
vivencias ocurridas durante la vida de una persona, pero Cielo nos cuenta su historia de forma muy
coloquial, lo que hace que la lectura sea muy ligera y la trama sea atrapante, aunque esto no quiere
decir que sea un libro fácil de leer, al menos para las personas que tienen la empatía bastante
desarrollada.

Como ya dije, la forma en la que este libro fue escrito es lo que hace que la lectura se vuelva
bastante ligera, y lo que ayuda a engancharse con la trama. Es como si la propia Cielo se sentara en
un sillón frente a frente con el lector y le contara anécdotas siguiendo una línea temporal, pero
mechando cada tanto reflexiones de Cielo-escritora y no de Cielo-personaje.
Es esta forma de escritura lo que también nos hace sentir su dolor: Cielo parece más una amiga
confesandose que una escritora contando su vida.
No es un libro sobre autosuperación, la autora no nos cuenta cómo superó la anorexia y la bulimia,
no nos cuenta como atravezó una época oscura y ahora es feliz y lleva una vida llena de sueños y
esperanzas. De hecho, en el epílogo, cuando nos habla de su actualidad (al momento de escribir la
novela, claro está), Cielo se sigue mostrando problemática y contradictoria. Incluso antes del
epílogo, cuando la historia se va redondeando, ella habla de cómo el hecho de escribir lo que creía
superado la confunde, cómo sus realidades se mezclan y no sabe si es Cielo-escritora o Cielo-
personaje.

En fin, este libro me gustó mucho, porque justamente al leerlo pude interiorizarme mucho con
Cielo. Su desesperación y su dolor llegaron a ser mi propio dolor (aunque decirlo pueda sonar
pedante, ya que nunca viví y espero no vivir lo que ella vivió, por lo tanto es casi imposible pensar
que sentí lo que ella sintió). Es un libro que al menos a mi no me dejó un mensaje en particular, sino
que me dejó varias cosas sobre las que reflexionar. De hecho me costó una semana de 'resaca
literaria' (incapacidad de leer un libro nuevo porque se está pensando demasiado en el libro
anterior), porque no podía enfocarme en otra cosa que darle vueltas a Abzurdah.
En definitiva, es un libro que recomiendo, pero que también admito que es 'peligroso de leer'. La
empatía a veces puede ser negativa.

sábado, 9 de agosto de 2014

La Soledad de los Números Primos. (Paolo Giordano)

SINOPSIS:
"Existen entre los números primos algunos aún más especiales. Son aquellos que los matemáticos llaman primos gemelos, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Esta verdad matemática es la hermosa metáfora que el autor ha escogido para narrar la conmovedora historia de Alice y Mattia, dos seres cuyas vidas han quedado condicionadas por las consecuencias irreversibles de sendos episodios ocurridos en su niñez. Desde la adolescencia hasta bien entrada la edad adulta, y pese a la fuerte atracción que indudablemente los une, la vida erigirá entre ellos barreras invisibles que pondrán a prueba la solidez de su relación."


MI OPINIÓN:
Si un licenciado en Física Teórica, de 26 años, puede escribir una novela ganadora del premio más importante de su país (Strega, 2008, Italia), esa es una novela que merece ser leída. En un "veamos lo que el matemático tiene para decir", me encontré con lo que sin dudas fue el flechazo que me convenció de leer este libro cuanto antes, la "verdad matemática que el autor ha escogido para narrar la historia de Alice y Mattia".
La descripción de la historia en sí no me atrajo demasiado: hoy en día la mayoría de los libros de moda para adolescentes son sobre traumas de la niñez, adolescentes antisociales y jóvenes adultos a los que les cuesta abrirse paso en la vida. Pero ninguno tiene metáforas matemáticas. Punto para La soledad de los Números Primos!


*POSIBLE SPOILER*
El libro empieza con odio. Literalmente. "Alicia Della Rocca odiaba la escuela de esquí". A lo largo de la historia, nos enteramos de otras cosas que odia. Por ejemplo, cenar más de trescientas calorías.
Alice no fue un personaje que me llamara demasiado la atención, me pareció un buen complemento para Mattia. Aún así, en algunos pasajes, es genial.
Mattia, por otro lado, es un personaje mucho más complejo. No quiero adelantar nada, pero creo que la ausencia generada por el episodio traumático de su infancia le brinda muchísima soledad, incluso más de la que sentía antes del "incidente".
En mi opinión, esta novela es otra de la que nos demuestra la gran influencia de los padres sobre los hijos. Porque, siendo sinceros, muchos de los conflictos de los protagonistas surgen de forma más o menos indirecta, con sus padres.
El caso de Alice es el más evidente: todo surge con practicar la disciplina deseada por el padre. Esto, sumado a los tres dedos de leche hirviendo, es lo que desencadenan su accidente. Acá tenemos otra pregunta, ¿hubiera sido menos traumático si Alice hubiera contado con más apoyo de sus padres? Y más adelante, con Alice adolescente, si hubiera tenido presentes en su vida valores como la amistad, la solidaridad y el discriminar lo éticamente correcto, ¿hubiera admirado y envidiado tanto a Viola?. Esto por no mencionar sus desórdenes alimenticios, que la acompañan hasta que es adulta. Y omitiendo a Fabio.
Veamos a Mattia. No es fácil para un "chico 10" sobrevivir la enseñanza primaria (al menos en el contexto que nos sugiere el autor). No es fácil para un niño ser etiquetado como "raro". No es fácil para un niño tener una hermana gemela con retraso y ser el único que puede calmarla en un ataque de histeria en medio del aula. Ahora, creo no ser la única que piensa que sus padres le encomendaban a Michela como si fuera un paquete. Como si fuera un muñeco del que se tiene que hacer cargo.

Capaz que me enfoco demasiado en lo que me parece que es desatención paterna, porque además no conozco su historia. Tal vez mi interpretación se aleja mucho de lo que intentó transmitir Paolo Giordano al escribir esta novela.

Un detalle que me encantó, es como nunca se llega a conocer a los personajes al cien por ciento. En mi caso, no los pude comprender al principio. Solo al avanzar en la lectura pude notar una cierta "proximidad" con ellos, pero justo al llegar al momento de sentirlos cercanos, sus acciones toman un rumbo inesperado y me descolocan. Sin embargo, no se sorprenden entre ellos.
No sólo entre Mattia y Alice hay una relación de números primos. También entre el lector y los dos protagonistas. "Cercanos pero nunca juntos".
**

Pero en definitiva, el libro me encantó. Es fácil de leer, la trama atrapa muchísimo y es muy sencillo sentir empatía con los personajes. Súper recomendable.

lunes, 21 de julio de 2014

¿Por qué "se quebró la taza"?

Porque se cayó al piso. Jaja. Malísimo.

El título de este blog se debe a dos cosas: una clara y directa influencia materna, y a una hermosa cadena de simbolismos creada a base de decir boludeces (como la mayoría de las cadenas de simbolismos). Bien, este es el por qué principal. El oficial, digamos, es que una taza quebrada es una novedad cotidiana, y la idea de novedad cotidiana se asemeja muy bien a lo que intento con este blog.

Ahora bien, ¿qué es una novedad cotidiana?
Una novedad cotidiana es aquello que le puede pasar a cualquier persona, pero no pasa todos los días. Por ejemplo, ver una película, o romper un vaso. No es Paul McCartney en Uruguay. Es eso que le comentamos a alguien que forma parte de nuestra rutina de forma muy directa y cercana. En formato moderno, tecnológico y aplicado a redes sociales: se podría escribir un tweet al respecto, pero nunca un estado de Facebook.
Se lo comentamos a la madre que llega de trabajar, al hermano que se está yendo a estudiar o al padre que termina de almorzar; pero no vamos por la vida contándole a todos nuestros conocidos el suceso en cuestión ("¡No sabés lo que me pasó! ¡Se me partió el mango de una taza!"). Pero, de alguna forma, compartir una novedad cotidiana con un amigo es darle una especie de voto de confianza. Es un "formás parte de mi vida" muy camuflado ("Se me partió el mango de la taza en la que tantas veces tomaste café con leche", "ayer vi una película que te encantaría", "el libro que empecé a leer es bastante interesante, te lo presto después porque te atraparía un montón").
Eso es, en definitiva, una novedad cotidiana. Ese algo que nos cambia la rutina, pero no la vida; aunque muchos cambios de rutina hagan al cambio en la vida.
Las novedades cotidianas abundan tanto como la rutina misma.
Una película. Un músico nuevo. Un libro. Una taza rota. Este blog.


Espero que esto sea una novedad en mi cotidianidad, o en la de alguien más.